Resección de la próstata- mínimamente invasiva

Esta cirugía sirve para extirpar parte de la glándula prostática. Se lleva a cabo para tratar un agrandamiento de la próstata. La cirugía mejorará el flujo de orina a través de la uretra, el conducto que lleva la orina desde la vejiga hacia afuera del cuerpo. Se puede llevar a cabo de varias maneras diferentes y no se hace ninguna incisión (corte) en la piel.

La cirugía se puede hacer de muchas maneras diferentes. El tipo de procedimiento dependerá del tamaño de la próstata y lo que la hizo crecer. El médico tendrá en cuenta el tamaño de la próstata, su estado de salud y el tipo de cirugía que usted desea.

Todos estos procedimientos se hacen pasando un instrumento a través de la abertura en el pene (meato). Usted recibirá anestesia general (dormido y sin dolor), anestesia raquídea o epidural (despierto pero sin dolor) o anestesia local y sedación. Las opciones que están bien establecidas son:

  •  Prostatectomía con láser. Este procedimiento tarda aproximadamente de 1 a 2 horas. El láser destruye tejido de la próstata que bloquea la abertura de la uretra. Usted probablemente se irá a casa el mismo día. Puede necesitar una sonda de Foley puesta en la vejiga para ayudar a drenar la orina durante algunos días después de la cirugía.
  •  Ablación transuretral con aguja (TUNA, por sus siglas en inglés). El cirujano pasa agujas hasta la próstata. Ondas sonoras de alta frecuencia (ultrasonido) calientan las agujas y el tejido prostático. Usted puede necesitar que le coloquen una sonda de Foley en la vejiga para ayudar a drenar la orina después de la cirugía durante 3 a 5 días.
  •  Termoterapia transuretral por microondas (TUMT, por sus siglas en inglés). Con esta terapia, se libera calor usando pulsos de microondas para destruir el tejido prostático. El médico insertará la antena de microondas a través de la uretra. Es posible que necesite que se le coloque un catéter Foley en la vejiga para ayudar a drenar la orina después de la cirugía, durante 3 a 5 días.
  •  Electrovaporización transuretral (TUVP, por sus siglas en inglés). Una herramienta o instrumento transmiten corriente eléctrica de alto voltaje para destruir el tejido prostático. Usted tendrá una sonda vesical, la cual puede retirar al cabo de unas horas después del procedimiento o puede irse a casa con ella.
  •  Incisión transuretral (ITU). El cirujano hace incisiones quirúrgicas pequeñas donde la próstata se encuentra con la vejiga. Esto hace que la uretra se ensanche. Este procedimiento tarda de 20 a 30 minutos y muchos hombres pueden irse a casa el mismo día. La recuperación completa puede tardar de 2 a 3 semanas. Puede irse a casa con el catéter en la vejiga.

Por qué se realiza el procedimiento

Una próstata agrandada le puede dificultar la micción. Usted también puede contraer infecciones urinarias. Extirpar toda o parte de la próstata puede hacer que estos síntomas mejoren. Antes de que lo operen, el médico le sugerirá cambios que puede hacer en la forma de comer y beber. Usted también puede probar algunos medicamentos.

Se puede recomendar la extirpación de la próstata si usted:

  •  No puede vaciar completamente la vejiga (retención urinaria)
  •  Tiene infecciones urinarias repetitivas
  •  Tiene sangrado de la próstata
  •  Tiene cálculos en la vejiga con agrandamiento de la próstata
  •  Orina muy lentamente
  •  Tomó medicamentos y no le aliviaron los síntomas o ya no quiere tomarlos

Tipos de piedras en los riñones

  • Piedras de calcio (cálculos de calcio) son el tipo más común de las piedras en el riñón. Por lo general son de calcio y oxalato (una sustancia química natural que se encuentra en la mayoría de alimentos) pero a veces están hechos de calcio y fosfato.
  • Piedras de ácido úrico se forman cuando la orina es a menudo demasiado ácida. El ácido úrico puede formar piedras por sí mismo o con calcio.
  • Las piedras de estruvita pueden suceder cuando tienes ciertos tipos de infecciones del tracto urinario en el que las bacterias hacen un amoniaco que se acumula en la orina. Las piedras de estruvita están hechas de magnesio, amonio y fosfato.
  • Las piedras de cistina están hechas de una sustancia química que el cuerpo produce de forma natural, llamada cistina. Las piedras de cistina son muy raras y ocurren en personas que tienen un trastorno genético que causa que la cistina se escape de los riñones en la orina.

Las piedras en el riñón pueden ser tan pequeñas como un grano de arena o tan grandes- a veces más grandes – que el de una perla. Pueden permanecer en los riñones o viajar a través de los uréteres (los tubo que van desde los riñones a la vejiga) y fuera de tu cuerpo con la orina. Cuando la piedra se mueve a través de los uréteres y fuera de la uretra con la orina, se llama pasar un cálculo renal (piedra en el riñón). Una piedra también puede quedar atrapada en tu tracto urinario y puede bloquear a que pase la orina. Cuando se pasa una piedra en el riñón o tienes una piedra grande bloqueando el flujo de la orina, puede ser muy doloroso.

Cualquier persona puede tener una piedra en los riñones, pero algunas personas son más propensas que otras a tenerlas. Los hombres resultan con piedras en los riñones con más frecuencia que las mujeres. Las piedras en los riñones son también más común en personas de raza blanca no hispana que en las personas de otras etnias.

  • Has tenido piedras en los riñones anteriormente
  • Alguien en tu familia ha tenido piedras en los riñones
  • No bebes suficiente agua
  • Comes una dieta alta en proteínas, sodio y/o azúcar
  • Tienes sobrepeso o eres obeso
  • Has tenido una cirugía de bypass gástrico u otra cirugía intestinal
  • Tienes enfermedad renal poliquística u otra enfermedad renal quística
  • Si tienes cierta condición que hace que la orina contenga altos niveles de cistina, oxalato, ácido úrico o de calcio
  • Si tienes una condición que causa hinchazón o irritación en tus intestinos o de las articulaciones
  • Tomas ciertos medicamentos como los diuréticos (píldoras de agua) o antiácidos de base de calcio

Si tienes una piedra en los riñones pequeña que se puede mover fácilmente por tu tracto urinario, puede ser que no tengas ningún síntoma, y es posible que nunca sabrás que tuviste una piedra en los riñones.

  • Dolor mientras orinas
  • Sangre en la orina
  • Dolor agudo en tu espalda o el abdomen bajo
  • Náuseas y vómitos

Litiasis renal: sus causas y síntomas

Los cálculos renales (litiasis renal, nefrolitiasis) son depósitos duros de minerales y sales que se forman dentro de los riñones.

Los cálculos renales tienen muchas causas y pueden afectar cualquier parte de las vías urinarias, desde los riñones hasta la vejiga. En general, los cálculos se forman cuando la orina se concentra, lo que permite que los minerales se cristalicen y se unan.

Expulsar los cálculos renales puede ser bastante doloroso, pero, en general, los cálculos no producen daños permanentes si se los identifica de forma oportuna. Según sea el caso, es posible que solo tengas que tomar analgésicos y mucha agua para expulsar un cálculo renal. En otros casos —por ejemplo, si los cálculos se alojan en las vías urinarias, están relacionados con una infección urinaria o causan complicaciones— es posible que se necesite una cirugía.

Síntomas

Un cálculo renal puede no causar síntomas hasta que comienza a desplazarse por el riñón o hasta que pasa por el uréter (el tubo que conecta el riñón y la vejiga). En ese momento, podrías tener los siguientes signos y síntomas:

  •  Dolor intenso a los lados y en la parte posterior, debajo de las costillas
  •  Dolor que se extiende hacia la parte inferior del abdomen y hacia la ingle
  •  Dolor que viene en oleadas y cuya intensidad fluctúa
  •  Dolor al orinar
  •  Orina de color rosa, rojo o marrón
  •  Orina turbia o con olor desagradable
  •  Náuseas y vómitos
  •  Necesidad constante de orinar
  •  Micciones más frecuentes de lo usual
  •  Fiebre y escalofríos si existe una infección
  •  Micciones en pequeñas cantidades

El dolor causado por un cálculo renal puede cambiar (por ejemplo, puede trasladarse a una ubicación diferente, o su intensidad puede aumentar) a medida que se desplaza a través de las vías urinarias.

Cuándo consultar al médico

Pide una consulta con el médico si tienes signos y síntomas que te preocupan. Busca atención médica inmediata si presentas:

  •  Dolor tan intenso que no puedes sentarte en posición derecha o encontrar una posición cómoda
  •  Dolor acompañado por náuseas y vómitos
  •  Dolor acompañado por fiebre y escalofríos
  •  Sangre en la orina
  •  Dificultad para orinar

Causas

Los cálculos renales, a menudo, no tienen una sola causa definida, aunque diversos factores pueden aumentar el riesgo de padecerlos.

Los cálculos renales se producen cuando la cantidad de sustancias que forman cristales, como el calcio, el oxalato y el ácido úrico, en la orina es mayor de la que pueden diluir los líquidos presentes en esta. Al mismo tiempo, la orina puede carecer de sustancias que impidan que los cristales se adhieran unos a otros, lo que crea un entorno ideal para la formación de cálculos renales.

Tipos de cálculos renales

Conocer el tipo de cálculo renal ayuda a determinar la causa y puede ofrecer indicios sobre cómo reducir el riesgo de tener más cálculos renales. De ser posible, si eliminas un cálculo renal intenta conservarlo para llevárselo al médico a fin de que se analice.

Los tipos de cálculos renales son:

  •  Cálculos de calcio. La mayoría de los cálculos renales son cálculos de calcio, por lo general, en forma de oxalato de calcio. El oxalato es una sustancia que se encuentra en los alimentos de forma natural, y también la produce el hígado a diario. Algunas frutas y vegetales, así como las nueces y el chocolate, tienen un alto contenido de oxalato.
    Los factores alimenticios, las altas dosis de vitamina D, la cirugía de bypass intestinal y varios trastornos metabólicos pueden aumentar la concentración de calcio u oxalato en la orina.
  •  Cálculos de estruvita. Los cálculos de estruvita se forman en respuesta a una infección, como la infección de las vías urinarias. Estos cálculos pueden crecer rápidamente y volverse bastante grandes, a veces, presentan muy pocos síntomas o pequeñas advertencias.
  •  Cálculos de ácido úrico. Los cálculos de ácido úrico se pueden formar en personas que no beben la suficiente cantidad de líquido o que pierden mucho líquido, aquellas que consumen una dieta alta en proteínas o aquellas que tienen gota. Ciertos factores genéticos también pueden aumentar el riesgo de padecer cálculos de ácido úrico.
  •  Cálculos de cistina. Estos cálculos se forman en personas con un trastorno hereditario que causa que los riñones excreten mucha cantidad de ciertos aminoácidos (cistinuria).

Factores de riesgo

Los factores que aumentan el riesgo de padecer cálculos renales son:

  •  Antecedentes familiares o personales. Si alguien de tu familia tiene cálculos renales, tienes más probabilidad de padecer la enfermedad. Además, si alguna vez tuviste uno o más cálculos renales, corres un mayor riesgo de tener otro.
  •  Deshidratación. No beber suficiente agua todos los días puede aumentar el riesgo de tener cálculos renales. Las personas que viven en climas cálidos y que transpiran mucho pueden presentar un riesgo mayor que otras personas.
  •  Ciertas dietas. Llevar una dieta rica en proteínas, sodio (sal) y azúcar puede aumentar el riesgo de tener algunos tipos de cálculos renales. Esto es sobre todo cierto con una dieta rica en sodio. El exceso de sal en la dieta incrementa la cantidad de calcio que el riñón tiene que filtrar y aumenta, de manera importante, el riesgo de tener cálculos renales.
  •  Ser obeso. Un índice de masa corporal alto, un perímetro de la cintura ancho y el aumento de peso se pueden asociar con un incremento del riesgo de tener cálculos renales.
  •  Cirugía y enfermedades digestivas. La cirugía de bypass gástrico, la enfermedad inflamatoria intestinal o la diarrea crónica pueden provocar cambios en el proceso digestivo que afectan la absorción de calcio y de agua, lo que aumenta los niveles de sustancias que forman cálculos en la orina.

¿Qué es la Estenosis Uretral?

Una estenosis uretral es una cicatriz que estrecha el conducto que lleva la orina fuera del cuerpo (uretra). Una estenosis restringe el flujo de orina desde la vejiga y puede generar una variedad de problemas médicos en el tracto urinario, lo que incluye inflamación o infección.

Síntomas

  • Disminución del flujo de orina
  • Vaciamiento incompleto de la vejiga
  • Pulverización del chorro de orina
  • Dificultad, esfuerzo o dolor al orinar
  • Aumento de la necesidad de orinar o micción más frecuente
  • Infección de las vías urinarias

Causas

  • Un procedimiento médico que implica introducir un instrumento, como un endoscopio, en la uretra.
  • El uso intermitente o a largo plazo de un tubo que se introduce a través de la uretra para drenar la vejiga (catéter).
  • Un traumatismo o una lesión en la uretra o la pelvis.
  • Una próstata agrandada o una cirugía anterior para extirpar o reducir una glándula prostática agrandada.
  • Cáncer de la uretra o la próstata.
  • infecciones transmitidas sexualmente.
  • Radioterapia.

La estrechez uretral es más común en los hombres que en las mujeres. Con frecuencia se desconoce la causa.

¿Se puede prevenir el Cáncer de Prostata?

El cáncer de próstata no se puede prevenir de manera segura. Muchos factores de riesgo, tales como la edad, la raza, y el antecedente familiar no se pueden controlar. No obstante, existen algunas medidas que puede tomar para tratar de reducir su riesgo de padecer cáncer de próstata.

Peso corporal, actividad física y alimentación

Los efectos del peso corporal, la actividad física y la alimentación sobre el riesgo de cáncer de próstata no están claros, aunque usted puede tomar medidas que podrían reducir su riesgo.

Algunos estudios han encontrado que los hombres que tienen sobrepeso pueden presentar un riesgo ligeramente menor de padecer cáncer de próstata en general, pero un riesgo mayor de padecer cánceres de próstata que probablemente sean fatales.

Los estudios han encontrado que los hombres que están activos físicamente con regularidad tienen un riesgo ligeramente menor de cáncer de próstata. Puede que la actividad vigorosa tenga un efecto mayor, especialmente en el riesgo de cáncer de próstata avanzado.

Varios estudios han sugerido que una alimentación con un alto contenido de ciertos vegetales (incluyendo tomates, vegetales crucíferos, soya, frijoles y otras legumbres) o pescado puede estar asociada a un menor riesgo de padecer cáncer de próstata, especialmente cánceres más avanzados. Los vegetales crucíferos incluyen repollo, brócoli, coliflor.

Aunque no todos los estudios concuerdan, varios han descubierto un mayor riesgo de cáncer de próstata en hombres que tienen una alimentación con un alto contenido de calcio. También puede que haya un mayor riesgo al consumir productos lácteos.

  • Coma al menos 2½ tazas de una gran variedad de verduras y frutas cada día
  • Manténgase físicamente activo
  • Mantenga un peso saludable

Además, puede limitar el consumo de suplementos de calcio y evitar el consumo excesivo de calcio en la alimentación.

Vitaminas, minerales y otros suplementos

Vitamina E y selenio: algunos estudios anteriores sugerían que tomar vitamina E o suplementos de selenio podía reducir el riesgo de padecer cáncer de próstata.

Sin embargo, en un estudio extenso (conocido como Selenium and Vitamin E Cancer Prevention Trial, SELECT), no se encontró que la vitamina E ni los suplementos de selenio redujeran el riesgo de padecer cáncer de próstata. De hecho, se descubrió en el estudio que los hombres que tomaban suplementos de vitamina E tenían un riesgo ligeramente mayor de cáncer de próstata.

Soya e isoflavonas: algunas investigaciones iniciales han sugerido posibles beneficios de las proteínas de soja (llamadas isoflavonas) en la reducción del riesgo de cáncer de próstata. Actualmente, varios estudios están evaluando con más detenimiento los posibles efectos de estas proteínas.

El consumo de suplementos puede presentar tanto riesgos como beneficios. Antes de comenzar a tomar vitaminas u otros suplementos, consulte con su médico.

¿QUÉ ES LA INSUFICIENCIA RENAL AGUDA?

La insuficiencia renal aguda, también llamada lesión renal aguda, se desarrolla rápidamente, por lo general en menos de unos días. La insuficiencia renal aguda es más común en personas que ya están hospitalizadas, sobre todo, en aquellas personas con enfermedades críticas que necesitan de cuidados intensivos.

La insuficiencia renal aguda puede ser fatal y requiere de tratamiento intensivo. Sin embargo, la insuficiencia renal aguda puede ser reversible. Si, en cambio, gozas de buena salud, es posible que recuperes una función renal normal o casi normal.

Síntomas

  • Disminución del volumen de orina excretado (diuresis), aunque a veces se mantiene estable
  • Retención de líquido, que causa hinchazón en las piernas, los tobillos o los pies
  • Falta de aire
  • Fatiga
  • Desorientación
  • Náuseas
  • Debilidad
  • Ritmo cardíaco irregular
  • Dolor u opresión en el pecho
  • Convulsiones o coma en casos severos

A veces, la insuficiencia renal aguda no provoca signos ni síntomas y se detecta a través de pruebas de laboratorio que se realizan por otros motivos.

Causas

  • Tienes una enfermedad que reduce el flujo normal de circulación de sangre hacia los riñones.
  • Experimentas una lesión directa en los riñones.
  • Los tubos de drenaje de orina (uréteres) de los riñones se obstruyen y los deshechos no pueden eliminarse del cuerpo a través de la orina.

Deficiencia del flujo sanguíneo hacia los riñones

  • Pérdida de sangre o líquidos
  • Medicamentos para la presión arterial
  • Ataque cardíaco
  • Enfermedad cardíaca
  • Infección
  • Insuficiencia hepática
  • Consumo de aspirina, ibuprofeno (Advil, Motrin IB, otros), naxopreno sódico (Aleve, otros) o medicamentos relacionados
  • Reacción alérgica severa (anafilaxia)
  • Quemaduras severas
  • Deshidratación grave

Lesión en los riñones

  • Coágulo de sangre en las venas y arterias dentro y alrededor de los riñones.
  • Depósitos de colesterol que obstruyen la circulación de la sangre hacia los riñones.
  • Glomerulonefritis (glo·me·ru·lo·ne·FRI·tis), inflamación de los filtros diminutos en los riñones (glomérulos).
  • Síndrome urémico hemolítico, enfermedad causada por la destrucción prematura de glóbulos rojos
  • Infección
  • Lupus, trastorno del sistema inmunológico que causa glomerulonefritis.
  • Medicamentos, tales como algunos medicamentos de quimioterapia, antibióticos y tintes usados en estudios de diagnóstico por imágenes
  • Esclerodermia, un conjunto de enfermedades extrañas que afectan la piel y los tejidos conjuntivos
  • Púrpura trombocitopénica trombótica: trastorno sanguíneo extraño.
  • Toxinas, como el alcohol, comidas pesadas y la cocaína.
  • Ruptura del tejido muscular (rabdomiólisis) que genera daño renal causado por las toxinas liberadas a partir de la destrucción del tejido muscular
  • Ruptura de células tumorales (síndrome de lisis tumoral), lo que produce la liberación de toxinas que pueden provocar una lesión en los riñones

Obstrucción que evita que la orina salga de los riñones

  • Cáncer de vejiga
  • Coágulos de sangre en el tracto urinario
  • Cáncer cervical
  • Cáncer de colon
  • Agrandamiento de la próstata
  • Cálculos renales
  • Lesiones nerviosas de los nervios que controlan la vejiga
  • Cáncer de próstata

Dr. Jose Antonio Mata Martínez✆ +52 222 536 4996 ☤ Hospital Puebla Consultorio 1031

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